viernes, 28 de octubre de 2022

Un Todos Santos inolvidable

 

POR: Joel Samir Ichuta Huchani

Publicado el 26 octubre de 2019


Era un día nublado, Miguel iba de camino al Cementerio General para cumplir la rutina dedicada en especial al mencionado día. Él rezaba en las diferentes mesitas instaladas en cada pabellón para luego pedir su ración por lo rezado. Hacía esto porque su familia era muy pobre, el dinero que su padre ganaba apenas si alcanzaba para comprar comida.

Al llegar al cementerio, empezó a rezar en las mesitas que tenía en frente y luego pedía una parte de las masitas, frutas y dulces que en estas había. Todo el cementerio rebosaba de creyentes de esta tradición y Miguel se calculaba volver a casa muy rápido, con el morral lleno hasta rebosar de frutas, masas y dulces. Se acercaban las cinco de la tarde y el morral estaba llenísimo.

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